Con un sencillo acto, acorde a la situación sanitaria, conmemoramos los 205 años de la Declaración de la Independencia Nacional. Debido al mal tiempo reinante, se realizó dentro del edificio municipal, donde autoridades y funcionarios locales, encabezados por el Sr. intendente Oscar Baras, entonaron primeramente las estrofas de nuestro Himno.
La secretaria de Coordinación y Planificación, Adriana Taberné, llevó adelante el acto y fue el viceintendente Luciano Galcerán quién en la ocasión hizo uso de la palabra, señalando: “Cada 9 de julio es una ocasión perfecta para reflexionar, para cantar el Himno a todo pulmón, compartir emociones y resaltar las costumbres y tradiciones de nuestra cultura. Hoy no hay guardapolvos blancos. Las escuelas están vacías. Esta plaza también. No hay vecinos, no hay banderas, ni representantes de otras instituciones que tanto hacen por nuestro pueblo. Nos despierta un sentimiento de tristeza no poder encontrarnos para conmemorar esta fecha patria como nos gusta: en la Casa del Bicentenario, con bailes, con música, con poesías, con mucha alegría, y sobre todo, juntos.
Sin embargo, 205 años nos dan la perspectiva necesaria para repensar el camino recorrido desde aquel 9 de julio hasta el presente. Es un buen momento para preguntarnos, ¿de qué estarían orgullosos los congresales si pudieran observarnos hoy? Los congresales eran hombres de carne y hueso, como nosotros, con muchos miedos, con dudas y dificultades. No pensaban igual, pero tuvieron la grandeza de ver más allá de sus diferencias. La independencia por la que tanto lucharon tiene que ver con ellos y con todos nosotros. Porque nos dejaron un legado que debe comprometernos hoy y siempre. Aún estamos en deuda con ellos, con nuestra historia, con nuestro presente y nuestro futuro. En definitiva, estamos en deuda con nosotros mismos.
Hoy es un buen momento para no hacernos los desentendidos ni ajenos a aquel acontecimiento de 1816 que imprimió una huella en el corazón de todos los argentinos. Es hora de poner en valor a esos hombres y mujeres que abrazaron con coraje y valentía la causa de la libertad. Ponerlos en valor es ir más allá de las palabras. Es volver a decir sí, como lo hicieron ellos en nuestra querida casita de Tucumán: Sí al respeto y defensa de nuestros derechos como argentinos frente a otras naciones. Sí al amor a la Patria, demostrado en acciones cotidianas, en el pueblo, en la escuela, en el club, en el trabajo. Sí a cuidar este lugar tan puro y sano en el que vivimos y vemos a crecer a nuestros niños. Sí a ser solidarios con los que menos tienen. Sí al respeto y al diálogo, porque las cosas que nos distinguen no necesariamente deben separarnos.
El 9 de julio de 1816 nos dio la independencia que debemos seguir construyendo y nos dejó una lección que perdura a través del tiempo: cuando trabajamos unidos, cuando dejamos de lado nuestras diferencias, podemos lograr lo que nos proponemos. En estas circunstancias tan difíciles que estamos viviendo, pudimos llegar a comprender que la independencia y la libertad son los valores más preciados que podemos tener los seres humanos y las naciones. Hoy es nuestro momento de hacer historia.
Como decía Borges, “nadie es la Patria y todos lo somos”. La Patria son aquellos que se quedan en sus casas y aquellos que salen para que vos puedas quedarte. Es el maestro que enseña con placer y son los niños y jóvenes que no se rinden a pesar de las dificultades. Es el médico y son las enfermeras que cuidan a nuestros abuelos y abuelas. También son los que están en la línea de fuego de la pandemia. Son los bomberos y policías comprometidos más que nunca con la seguridad de cada habitante. Son los chacareros y camioneros que abastecen a nuestro pueblo y a cada rincón de la Argentina. Son los comerciantes que trabajan para que no nos falte un plato de comida en la mesa. Son los hombres y mujeres de los comedores y ollas populares. Son las Iglesias que brindan asistencia espiritual y económica a los sectores más postergados. Es el vecino que te hace las compras en el almacén o la farmacia. Son los políticos que dejan de lado sus diferencias para afrontar una situación que nos afecta a todos de la misma manera.
Hoy hacer Patria es cuidarnos para cuidar al otro. No puedo negar que muchísimas veces me gana la desesperanza y el desánimo. Todos los días me duelen la violencia, la injusticia, la corrupción, la discriminación, la pobreza, la desigualdad. Pero estamos a tiempo y cada día se presenta como una oportunidad para revisar esas actitudes cotidianas que nos alejan del país que soñamos ser.
Mi deseo es que podamos hacer flamear la bandera argentina bien alto con el mismo convencimiento. Tenemos todo para alcanzar el futuro que soñamos y ciertamente el primer paso comienza en uno mismo. ¡Feliz día de la Patria!".